Él es callado, introvertido, y a menudo busca el silencio. Yo, soy así, me excita exhibirme en público y ponerle en aprietos. A él le encanta refugiarse en la tenue luz de una lámpara encendida. Adora escribir sentado y dudar del secreto de las palabras. Yo, le persuado de sus falsas incertidumbres, mientras las leo tumbado. Yo me emborracho y él sufre mis resacas. Soy extrovertido y a veces se lo hago saber. Mi ironía le desquicia y se ensimisma cada vez que cuento un chisto malo. Soy un experto en gracias absurdas. Y él, día y noche, pretende darles una dimensión metafísica. Me odia cada vez que se levanta a mear por mí en una noche etílica. A él le gusta Bolaño, Borges y Vila-Matas, y yo me pregunto ¿cómo los soporta? Prefiero mil y una veces a Los Simpson, The Big Bang Theory y Dos hombres y Medio.